Una última noche. Un adiós para algunos. Un hasta pronto para otros. Una realidad que se desvanece. Una parte de nosotros parece perderse en el vacío. Una parte de nosotros que vive en aquel rincón desprendido, ahora, del mundo vivo. Horas, días, pero sobre todo noches vividas intensamente en unos pocos metros cuadrados. Recuerdos, alegrías, llantos, comienzos y finales. Un compendio de emociones, sensaciones y vivencias aún vivas en nuestros recuerdos. Aún vivas en nosotros mismos. Hoy, 30 de junio de 2013, se vivió una amarga despedida por muchas de las personas que cierran ahí, en la calle varillas, muchos instantes vividos. Hablan de tristeza, llanto y desconsuelo. Hablan de un "adiós", cuando en realidad es un "hasta luego". Yo digo instantes y emociones inigualables vividas en nuestro rincón. Yo digo recuerdos que viven intensamente en nuestras mentes. Yo digo historias que nacieron, crecieron, y hoy llevan su sello. Yo digo amores, amistades y fiesta, mucha fiesta. Yo digo "¡viva!", y es "¡viva!". Por eso, a todo aquel que diga que la Destilería cerró hoy, habrá que decirle, que la Destilería, sigue viva en nuestros recuerdos, pero sobre todo, en nuestro corazón.
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