Una noche cualquiera de soledad sin esencia y cuerpo cansado. Una vez más los pensamientos afloran en forma de tecleos en mi polvoroso portátil. Ellos y yo, a solas. Mal asunto.
-Y sí, hasta aquí llego-
Ya bastó de intentar dar una fuerza que ni siquiera tengo a cuatro palabras que leerán las mismas personas. Ya está bien de querer hacer algo grande, siendo tan pequeño. Ya está bien de forzar palabras que cuesta descifrar.
-Hoy toca hablar alto y claro-
Lo necesito. Mi salud pende de ello. Quiero y deseo contaros algo que ni siquiera yo sé que es.
-Asique, ¡Allá va!-
Hoy me siento enclaustrado en un cruce en el tiempo. Ahí justo donde aprecias con claridad lo pasado y lo venidero. Hoy justo estoy en ese punto en el que el presente no cuenta, no por lo menos hoy. Hace días que terminé eso que llaman curso académico, y pese a la liberación inicial, ya no queda nada de esas fuerzas que me acompañaban veranos atrás por estas fechas. Ya no queda nada de esa ilusión, ganas y felicidad que llenaban todo a mi alrededor. Hoy no. Hoy veo como encamino una recta final de un ciclo que al principio esperada y que ahora ya no quiero. Hoy veo como los proyectos de futuro empiezan a no ser potestativos para convertirse en necesarios, y enzarzado en ellos, veo como mi alma y corazón rugen. Rugen por una sencilla y clara razón: -Quererla cada día más-. Querer, que grandiosa pesadilla, sobre todo cuando carece de sentido hacerlo. Pero nada, es imposible evitarlo. Y mi pregunta a día de hoy es, ¿Por qué?
-A quien pretendo engañar. Hasta yo conozco esa respuesta, aunque me niegue a verla-
Un -¿Por qué?- ridículo, es tener que hablar de esto teniendo en mente un probable último verano libre por planificar, un proyecto por encaminar y por supuesto, como conduciré hasta llegar a meta. Alguien me respondería algo así cómo, -déjate llevar-, pero es complicado dependiendo tu futuro del hoy.
-Pero, ¿No había dicho que no importaba?- Joder -Yo solo me echo tierra al cuello-
Es ridículo pensar el -¿Por qué?- inicial ya que ni debería existir, pero lo hace, y además intensamente. Quizá en estos temas no importe ni el hoy, ni el mañana, y mucho menos el pasado mañana. Quizá en estos temas da igual estar en el ojo del huracán que en sus alrededores. En estos temas da igual estar en X que en Y, porque te van a acabar poniendo en cilíndricas. Y es que, estés en un cruce de tiempos, en una nada virtual o en el mayor estado apoteósico plausible, esto es lo que realmente te hará sentir vivo. Sufriendo o disfrutando. Maravillándote o destrozándote. Pero sigue conllevando eso que dije hace unas cuantas frases atrás: -Quererla cada día más-. Sólo por eso merece la pena. Y sí, creo que ya es hora de responder el -¿Por qué?- inicial y ridículo. Creo que ya es hora de enfrentarlo. Y es que estoy enamorado. Enamorado hasta las trancas. Y me he dado cuenta hoy, aunque ayer ya lo sabía. Y es que es irremediable y encima, eso, ridículo.
-El porqué de esta ridiculez probablemente entraría dentro de un monólogo, pero hoy no estamos en el club de la comedia-
¿Y sabéis que es lo mejor? Que por una vez en la vida quiero sentir, aunque sea ridículo, quiero vivir, aunque sea doloroso, y quiero ser yo, pero con ella. Desgraciadamente, a día de hoy esto último está complicado, pero ese pasado que hoy me ha hecho escribir sobre este teclado ya conocido, me ha dado fuerzas para colocar como objetivo luchar. Luchar por ella. Y si, probablemente pierda, pero por lo menos, lo habré intentado.
-¡Ehh! Y no os penséis que voy a dejar esas frases iniciales sin forma...
¿Mal asunto?...-¿Por qué?-
No hay comentarios:
Publicar un comentario