Papel, lápiz y a escribir. Nah, todo mentira, ni lápiz ni papel, tan sólo punteos en el teclado de mi portátil. Pues bien, pretendo redactar esos últimos instantes del año en el que, aún, vivimos. Complicado, ¿no? Pues si, quizá más de lo que parece. ¿Cómo describir un momento tan absolutamente indescifrable? Cómo se puede plasmar tal ilusión en tan pocos tecleos. Cómo describir, apenas, instantes que hacen cambiar el número que existe en todas las fechas. Cómo dejar claro que, cual espejismo sea este, el papel de regalo con el que envolvemos todas estas horas, minutos, segundos anteriores y posteriores a un cambio de fecha, nos carga las pilas para comenzar con mayor fortaleza. Serán los regalos, los momentos juntos, quizá las ganas de hacer algo grande en algún episodio nuevo, o quizá el simple hecho de querer conquistar esa meta que perseguimos cada uno de nosotros. Quizá solo sea el hecho de querer, o tan sólo el de recordar. Pero el hecho es que hoy, mañana y quizá pasado, un sentimiento te envuelve de ganas de hacer y querer hacer, de ganas de recordar y querer recordar, de ganas de ser feliz y hacer feliz. Por eso, y pese a mi imposibilidad por describir tales instantes. ¡¡Benditos sean!! y Feliz 2014.